Georginio Wijnaldum, Jeremain Lens, Michel Vorm y Nigel de Jong (Fotos: FIFA) |
Bien lo dice Musa Okwonga en una columna publicada hace algunos días en Al Jazeera America: "Ah, Surinam. En algún lugar en un universo parelelo, esta pequeña nación del Caribe (sic) avanza amenazante en la Copa del Mundo, donde sus rivales esperan con estudiada preocupación. En este universo, hombres como Clarence Seedorf, Edgar Davids, Patrick Kluivert, Frank Rijkaard y Ruud Gullit han vestido los colores de Surinam - en lugar del naranja holandés - sobre la base de su herencia".
La gran actuación conseguida por Holanda en Brasil 2014 torna más pertinente la ficción que planteó Okwonga, un equipo que cuenta con cuatro jugadores con origen o herencia surinamesa en el plantel.
Sin duda, sentimientos encontrados son los que sienten muchos en Surinam al ver levantar el trofeo más codiciado del fútbol mundial a Georginio Wijnaldum, Jeremain Lens, Michel Vorm y Nigel de Jong; orgullo por el origen de ellos, pero a la vez frustración por los éxitos y alegrías potenciales si jugaran por la Natio. Y eso en retroactivo es aún más frustrante.
Incluso uno de ellos, Lens, jugó tres partidos por los Suriprofs (jugadores europeos con herencia surinamesa) en la Parbo Bier Cup 2009, marcando además dos goles.
Aunque hoy Holanda cayó ante Argentina en semifinales, estará entre los cuatro mejores del mundo. Un sitial al que Surinam podría aspirar si logra establecer un compromiso entre sus jugadores y la selección, algo complejo pero no imposible.
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